Los aceites esenciales y la magia
Los aceites esenciales y la magia han tenido una enorme relación a lo largo del tiempo y más hoy en día, en donde para poder usar ciertas plantas en rituales nos tenemos que valer de su aceite porque la planta en si es difícil de conseguir.
El uso más extendido de los mismos está en el hecho de uncir o vestir las velas que es el nombre que damos al proceso mágico de decretar una vela para un uso concreto al tiempo que la untamos en un aceite acorde a nuestro propósito.
Por ejemplo, podríamos uncir una vela con aceite de ruda decretando que sea para la limpieza ritual de energías negativas, pues la ruda es un gran purificador.
También se usan estos aceites en los sahumerios, volcando unas gotitas en las plantas secas que vamos a quemar para conseguir un mayor cantidad de humo y al vez, porque nos permiten usar ciertas plantas que no se pueden conseguir en formato normal.
Como ves el uso de aceites esenciales es algo muy extendido en el mundo de la magia, vamos a ver un poco más sobre estos y su elaboración y en siguientes publicaciones hablaremos de las propiedades concretas de cada uno de ellos.
Un poco más sobre los aceites esenciales
Los aceites esenciales son mezclas de varias sustancias químicas biosintetizadas por las plantas, que dan el aroma característico a algunas flores, árboles, semillas y a ciertos extractos de origen animal (almizcle, civeta, ámbar gris). Se trata de productos químicos intensamente aromáticos, no grasos (por lo que no se enrancian), volátiles (se evaporan rápidamente) y livianos (poco densos). Son insolubles en agua, levemente solubles en vinagre, y solubles en alcohol, grasas, ceras y aceites vegetales. Se oxidan por exposición al aire. El término aceite esencial se aplica también a las sustancias sintéticas similares preparadas a partir del alquitrán de hulla, y a las sustancias semi sintéticas preparadas a partir de los aceites naturales esenciales…
Están formados principalmente por terpenoides volátiles, formados por unidades de isopreno unidas en estructuras de 10 carbonos (monoterpenoides) y 15 carbonos (sesquiterpenoides). Las sustancias responsables del olor suelen poseer en su estructura química grupos funcionales característicos: aldehídos, cetonas, ésteres, etc.
Las plantas elaboran los aceites esenciales con el fin de protegerse de las enfermedades, ahuyentar insectos depredadores o atraer insectos benéficos que contribuyen a la polinización.
Los aceites esenciales son característicos de los magnoliales, los laurales, los austrobaileyales, y los piperales, y también de algunas familias no emparentadas con estos órdenes, como Myrtaceae, Rutaceae, las familias de apiales, Lamiaceae, Verbenaceae y Asteraceae.
Están presentes en distintas partes de la planta:
* En las flores (como en el caso de la lavanda, el jazmín y la rosa).
* En todo el árbol (como sucede con el eucaliptus).
* En las hojas (la citronela).
* En la madera (el sándalo).
* En la raíz (el vetiver).
* En la resina que exhudan (el incienso, la mirra y el benjuí).
* En la cáscara de los frutos (el limón, la naranja y la bergamota).
Dentro de los tejidos vegetativos, se encuentran en células esféricas o diferentes cavidades o canales en el parénquima, y cuando dan el olor a las flores, se encuentran en las gl´ndulas odoríferas, desde donde son liberados.
Se denominan con el mismo nombre de la planta de origen: aceite esencial de lavanda, aceite esencial de limón, etc.
De algunas plantas se extrae m´s de un aceite esencial, en cuyo caso el nombre varía. Por ejemplo, de las flores del naranjo se extraen: por destilación, el nerolí o azahar; por destilación de los frutos recién formados, el petit grain, y de la cáscara o corteza de los frutos, el aceite esencial de naranjo.
En algunos casos es necesario recurrir a la nomenclatura botánica para evitar confusiones. Por ejemplo, el aceite esencial de palo de rosa proviene de la planta Aniba roseadora, que no tiene ningún parentesco con la rosa de jardín que conocemos.
Los aceites esenciales son muy inestables: volátiles, frágiles, y alterables con la luz. Para obtenerlos de la fuente natural, se utilizan principalmente dos métodos:
* Destilación en corriente de vapor (o por arrastre de vapor).
* Extracción, que puede ser por presión en frío (exprimiendo sin calentar), por enfleurage, entre otros.
Son muy concentrados, por lo que sólo se necesitan pequeñas cantidades para lograr el efecto deseado (del orden de los miligramos).
También se pueden sintetizar en forma artificial, que es la manera más habitual de obtenerlos, debido a que la gran demanda de estos productos no llega a ser abastecida por las fuentes naturales.
El uso principal de los aceites esenciales por el ser humano es en perfumería. También fueron tradicionalmente utilizados en botánica sistemática para establecer parentescos entre plantas, al principio en forma indirecta (utilizando el olor como carácter), luego en su forma química.
Otro uso es en la terapia alternativa denominada aromaterapia. Por ejemplo, el aceite de lavanda se usa para las heridas y quemaduras, y el aceite de jazmín se utiliza como relajante.
Ahora también se les esta utilizando como conservadores para alimentos, especialmente cárnicos y, por las propiedades insecticidas y acaricidas que poseen algunos aceites, se los produce con fines de controlar algunas plagas de manera ecológica.
Cuando los aceites esenciales son usados en tratamiento, el principal método de aplicación de los aceites esenciales es a través de una dilución en agua caliente, para que así el vapor del agua mezclado con las esencias se absorban por medio del aparato respiratorio.
Otra de las maneras de aplicación es a través de la piel, utilizando una mezcla de aceites esenciales con aceites vehiculares de acuerdo a la necesidad, ya que la piel se convierte en un vehículo y a la vez un protector para introducir los compuestos y propiedades que las plantas poseen sin tener que correr riesgos de efectos secundarios nocivos.
Es importante señalar que la mayor parte de los aceites esenciales no pueden aplicarse en su estado puro directamente sobre la piel, ya que son altamente concentrados por lo que será necesario diluirlos en otros aceites o en agua.
También pueden combinarse entre sí y producir sinergias que hagan un efecto más potente y benéfico, y es allí precisamente donde entra la ciencia, creatividad y el arte de la aromaterapia, al producir diferentes mezclas.
Estos aceites penetran a través de los pequeños vasos capilares y son transportados a todo el organismo mediante el torrente sanguíneo (en algunos casos toma tan sólo 20 minutos), y tienen la ventaja de que pueden aplicarse directamente al área a tratar y, por lo tanto, su beneficio es más rápido que un medicamento ingerido por vía oral.
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