Vampiros psíquicos o ladrones de energía
¿Se nota usted últimamente más «bajo» de energía de lo que normalmente es habitual? ¿Conoce quizás a alguien de quien tiene la sensación, o la extraña impresión, de que le esta robando o sustrayendo la energía cuando esta persona se encuentra a su lado?
Los vampiros psíquicos
¿Existen en la realidad personas que tengan la capacidad o el poder de absorber como esponjas la energía vital de sus semejantes? Le recomendamos, si así lo desea, que mire por encima de su hombro por si acaso… Pero en cualquiera de las situaciones, recuerde siempre que en muchas ocasiones no es necesario buscar enemigos en el exterior, los problemas de verdad comienzan siempre en el propio interior, en su propia casa, con la actitud equivocada frente al mundo que nos rodea.
El término «vampiro» es realmente lo suficientemente sugestivo como para poder hablar de forma muy extensa de las connotaciones polivalentes que tal expresión hace llegar a nuestra mente. Aunque en el tema que ahora nos ocupa no vamos a hablar en absoluto del conocido personaje, ya arquetípico, sediento de la sangre y del alma de sus víctimas que la moderna literatura contemporánea ha creado y que se ha convertido con la costumbre en el siniestro prototipo de la imagen que nos suele llegar de tal término sino de los vampiros psíquicos que son algo diferente.
El término «vampiro» se aplicaría, quizás de forma genérica, a la persona o al ser con la supuesta capacidad de sustraer la fuerza vital, parte del campo energético básico generador de vida de sus semejantes. ¡Caramba! ¡Esto suena realmente espectacular! ¿Existen seres que tengan esta capacidad? ¿Puede tal cosa llegar a ser posible?
Vamos por partes, lo primero que usted debe conocer es que esta comprobado, a través de vivencias cotidianas, que la actitud subconsciente delante de un determinado problema hará que este se acreciente a escalas desorbitadas o bien, que se modere y disminuya, pudiendo entonces tener una solución rápida y satisfactoria.
La tensión emotiva interior generada por el individuo que toma decisiones, para el, erróneas, crea una espiral depresiva que provoca el malestar en la misma persona que lo produce. El torbellino de ansiedad y desgaste psíquico crea una aparente bajada de energía interior. Esta máxima elemental en el análisis psicológico del comportamiento y la conducta era perfectamente conocida por determinadas ordenes esotéricas, la cuales aplicaron todas estas nociones a su mitología particular de funcionamiento. ¿De que forma?
Los conocimientos de psicología aplicada de la Golden Dawn y otras sociedades
Tomemos como ejemplo demostrativo el alcance preciso de algunas de las palabras que desarrollo Bram Stoker, escritor y creador de la ficción literaria del inquietante personaje conocido como Drácula y miembro activo influyente de la conocida orden esotérica Golden Dawn. En uno de los pasajes de su conocida obra expresa la siguiente idea: «Un vampiro jamás puede acceder a su hogar a menos que usted le preste su consentimiento y lo invite previamente a entrar.»
¿Y bien? Esa argumentación traducida a un lenguaje cotidiano propone que nada ni nadie tiene el poder o la facultad de hacernos ningún daño en el aspecto psíquico a menos que se le permita. ¿De que estamos hablando exactamente? Hablamos acerca del hecho de que el libre albedrío nos permite coger la sartén por el mango de nuestras propias decisiones y actitudes, de que podemos abrir la puerta de nuestra mente a los supuestos problemas del exterior o de cerrarla para que nuestra mente sea un reducto impenetrable a la hostilidad del entorno . Podemos culpar a otros de nuestros problemas emocionales, pero ello no modificará en absoluto la realidad objetiva de que nosotros somos el resultado final de lo que pensamos. Nuestro comportamiento exterior siempre es la consecuencia de nuestra emotividad interior
Si alguna amistad malintencionada entiende que somos débiles y vulnerables mentalmente y decide sugestionarnos con impresiones negativas que minen nuestra seguridad interior, esa fuerza exterior solo cobrará poder si se le da el permiso para que esa negatividad entre en nuestra mente y emociones. A un, aparentemente, inofensivo comentario, porque se expresa con un lenguaje aparentemente suave y tenue, pero que intuimos cargado de claras intenciones desmoralizadores por parte del agresor psíquico hay que responder siempre con la indiferencia emocional correspondiente, pero, la clave para llegar a esa invulnerabilidad es que debemos sentir en nuestro interior esa apatía frente a la información que nos llega del exterior. ¿En que ocasiones damos permiso a los vampiros psíquicos para actuar?
Veámoslo con un ejemplo aparentemente trivial, ¿nunca nos ha dicho nadie en un día en el que nosotros estábamos bien a nivel emocional, ¿Sabes una cosa?, hoy te veo ligeramente desmejorado, tienes mala cara, tu aspecto no parece el de siempre, parece que tienes algún problema o que algo te preocupe ¿te encuentras bien?¿te ocurre algo malo? ¿estas enfermo? y nuestra respuesta ha sido la inseguridad respecto a nuestro estado real actual , que es excelente, y entonces hemos ido a todo prisa a mirarnos al primer espejo que teníamos a mano para comprobar nuestro aspecto exterior.? El vampiro puede apuntarse un rotundo primer éxito: ha sembrado en nosotros la desorientación y en pocos segundos hemos comenzado a sentirnos mal.
El ejemplo puede parecer demasiado sencillo, pero el hecho cierto, es que alguien ha logrado que la sombra de la desconfianza hacia nosotros mismos germine en nuestro propio interior. Apliquemos esta situación a temas mucho mas elaborados y trascendentes., que pueden estar relacionados con temas de trabajo, economía, o bien amor y amistad. La mínima fisura emocional, la mínima sombra de duda pendiente, el mínimo resquicio de inseguridad o de miedo que haya en nosotros permitirá que el ataque del vampiro tenga éxito, sin que este tenga que recurrir a medios mucho mas complicados y extremos.
Nosotros mismos estaremos haciendo todo el trabajo de desgaste y auto-destrucción personal necesarios sin que nadie haya tenido que recurrir a ningún complejo y sofisticado ritual de Magia Negra para abatirnos y perjudicarnos. No ha sido necesario eso por parte del agresor. Nuestra actitud frente a las cosas, nuestros miedos e inseguridades interiores han sido nuestro peor enemigo, porque han provocado que nosotros mismos desperdiciemos la energía que originalmente teníamos disponible en nuestro interior y la quememos inútilmente.
Los magos y expertos en ocultismo de la Golden Dawn sabían todo esto, ( imaginen que todo esto también lo saben todos los que andan sueltos por ahí hoy en día ) y al recurrir muchos de ellos sutilmente a técnicas psicológicas y mentales muy concretas conseguían generar efectos mucho mas demoledores psíquicamente en la víctima que con sofisticadas técnicas de magia operativa dirigidas hacia ese sujeto en concreto. Con determinadas sugestiones se lograba perpetrar el crimen perfecto orientado hacia el objetivo deseado. La víctima realizaba todo el trabajo de auto-destrucción emotiva ella sola, mientras que los autores detonantes quedaban en la mas ignorada impunidad. Como hemos dicho con anterioridad, el vampiro solo necesita nuestro permiso para poder entrar. Vamos a explicar como puede funcionar ese proceso en nuestra vida cotidiana.
Quien lleva auto-magianegra en nuestra vida cotidiana.
¿Tenemos la costumbre de recrearnos en la observación morbosa del interior de nuestra caja de Pandora psíquica con demasiada frecuencia? ¿Creamos automatismos de auto-flagelación interna y nos compadecemos de nosotros mismos como una costumbre recurrente? Sabemos, por experiencia y vivencias adquiridas, que una determinada actitud no nos beneficia, sin embargo a pesar de ello la potenciamos y la amplificamos de forma derrotista, dando por sentado que las cosas no pueden ser de otra forma. Por tanto en estas circunstancias nuestra actitud personal continua siendo la errónea, ese conocimiento objetivo de la situación no resuelve el problema. Cuando nos identificamos con el sufrimiento de una situación que nos resulta desagradable, estamos generando una perdida de energía que en ningún momento nos esta beneficiando en nada. Eso nos quema energéticamente y nos puede provocar un desgaste brutal, luego es evidente, si queremos ir a la búsqueda de soluciones prácticas para sentirnos mejor, que una reacción emotiva inversa nos permitiría un sensación de movimiento energético contrario, que en este caso sería de activación y carga.
Porque esa es la clave, al contrario de lo que algunas líneas esotéricas han defendido de forma errónea, no existen fuerzas que podamos denominar objetivamente como energía positiva o energía negativa, sino que mas bien todo depende del planteamiento psicosomático del proceso mental con que nos programamos.
A todos nos ha sucedido en alguna ocasión durante el transcurso de nuestra vida, que en un momento clave de acumulación y saturación de problemas puramente cotidianos hemos sufrido las consecuencias de algo parecido a lo que podríamos denominar bloque emotivo, esa tensión interior puede haber sido creada por causas de índole familiar, laboral o quizás de salud.
Pero el conflicto real no nace del problema en si, si no mas bien de la respuesta emotiva que le otorgamos. En lugar de buscar respuestas constructivas a nuestros porqué personales nos hemos ido llenando cada vez mas de impresiones negativas que han ido mermando cada vez más nuestro estado anímico. Expresado en otros términos, lo que realmente hace esa pasividad es alejarnos de una utilización y aprovechamiento útil de la energía personal. Cada vez que digamos «energía personal» traduzca actitud personal
¿Como podemos incrementar nuestra energía? ¿Que fuentes de alimentación tenemos disponibles para ello? La principal fuente de alimentación que esta a nuestro alcance de forma rápida y eficaz seria la absorción de impresiones positivas.
Con esta última afirmación, acabo de desvelarles el detonante principal de funcionamiento de la llamada magia blanca, tanto desde un punto de vista ocultista como, sobre todo, desde una perspectiva práctica e inteligente de actitud delante de las cosas.
El practicante de las técnicas del ocultismo trabaja la potenciación de su mente mediante el uso controlado de la voluntad la imaginación, lo que le hace invulnerable, adoptando esta perspectiva psicológica, a lo que comúnmente se denomina magia negra, que no es mas que una mala programación de los procesos de actitudes cotidianas que tenemos disponibles habitualmente.
Basados en esta sencilla máxima del vivir cotidiano autores alejados del mundo de la magia como Luise Hay o David Goleman han vendido miles de libros sobre crecimiento y superación personal recordando y reafirmando a millones de personas que la única prisión que existe para nuestras emociones es la que nosotros construimos involuntariamente día a día. Los únicos vampiros que pueden atacarnos son aquellos a quienes les otorgamos poder.
¿Como nos ataca nuestro vampiro interior?
La tensión nerviosa destruye las neuronas
Cuando la mente se modifica, el cuerpo se modifica. Las emociones generan un tipo de pensamientos, que a su vez generan más emociones. A su vez, todos nuestros pensamientos están determinados por un determinado nivel de consciencia. ¿Qué son los pensamientos?
Impulsos neuronales que rebotan de continuo por el cerebro. Estamos hablando a niveles infinitesimales de medida. Este proceso lo llevan los neurotransmisores, unas substancias químicas que transmiten impulsos nerviosos y que permiten la comunicación por todo el cuerpo de los mensajes emotivos generados por la persona.
Los cien mil millones de neuronas, del cerebro, dan lugar a cien billones de conexiones de circuitos o sinapsis, mediante las cuales, las células cerebrales transmiten toda esa información química y eléctrica. Nuestros pensamientos son capaces de generar y poner en activo de este modo, las sustancias químicas necesarias para el buen funcionamiento de la salud de la persona, La mente consigue mover átomos de hidrógeno, carbono, oxígeno, y muchas más partículas de las áreas cerebrales básicas y mandar impulsos específicos que afectan a la segregación hormonal, y en consecuencia, a todas las glándulas endocrinas de nuestro sistema, que a su vez, rigen nuestros órganos básicos de funcionamiento.
La salud de una persona, en consecuencia, estará en parte determinada por su actitud delante de la enfermedad, ya que sus pensamientos en uno u otro sentido, provocarán cambios objetivables en su estado físico y mental. O lo que es lo mismo que decir que los conductos neuronales mandan o no la energía suficiente para el buen funcionamiento del proceso. ¿Que puede llegar a suceder cuando está no llegue o haya una sobrecarga? Aparece la enfermedad
El principal vampiro al que otorgamos poder esta en el interior. Los terribles efectos que puede llegar a provocar no son imaginación, si no mas bien absolutamente reales. Los problemas mal canalizados generan una especie de vampiro cerebral que devora al cuerpo, al propio cerebro del que el forma parte. Nuestro demonio tiene nombre. La tensión prolongada provoca la aparición de las sustancias denominadas corticoides. La cortisona que es la hormona generada en situaciones de estrés aumenta su concentración en sangre provocando daños degenerativos al cerebro devorando una importante cantidad de neuronas del hipotálamo.
El subconsciente del afectado somatiza la agresión, provocando una escalada sucesión de procesos alucinógenos como respuesta a la inestabilidad neuronal, en algunos de los afectados, y estos se precipitan en una escala de depresión y ansiedad aparentemente inexplicables, inmersas en un siniestro círculo cerrado sin fin aparente. El afectado elabora una gigantesca bola de nieve que lanza pendiente abajo con el destino final de sus emociones en la meta, la bola en su caída va agrandándose y arrasando todo aquello que transcurre a su paso con todo lo que esto significa.
Al ocurrir esto el problema se duplica, hasta ahora la falta de energía, esa supuesta vampirización, tenia un fundamento puramente psicosomático que afectaba al orden físico, a partir del momento en que se produce la degeneración celular, es el estado permanente de desequilibrio celular y hormonal el que abre la puerta a la perdida de energía. Lo mas terrible de todo esto es que esta amenaza fisiológica hace su aparición por una actitud equivocada frente a las cosas de la mente subconsciente del individuo. Actitudes de derrota, insatisfacción o agresividad mal canalizadas entre muchas otras. Sin esta actitud negativa, nuestro vampiro interior no tendría ningún poder.
La conducta. Cuidado con aquello que se piensa
Muchas veces un estado emocional no es mas que el resultado de la interacción entre la actividad fisiológica y la evaluación cognitiva de la situación.
Stanley Schachter. Psicólogo
¿En realidad, que son las emociones? Podríamos definir a las emociones como fenómenos multidimensionales, ya que son estados subjetivos. No parecen ocupar un lugar concreto en el espacio y sin embargo existen. También alguien podría decir que son respuestas biológicas y fisiológicas que preparan al cuerpo para una función adaptativa. Si tenemos una emoción, de forma automática se producen unos cambios corporales.
Acudamos a la actividad del sistema nervioso durante una experiencia que nos provoque miedo. Automáticamente se producen una serie de variaciones corporales previsibles y recurrentes, nuestro bombeo del corazón aumenta sus palpitaciones, las manos experimentan una mayor sudoración, nuestra presión sube de forma alarmante y nuestra respiración también se acelera. Es un círculo cerrado. A su vez ese aumento de la actividad cardiovascular también produce a su vez una emoción. Somos conscientes de esa aceleración amplificamos nuestro miedo, y la segregación de neurotransmisores y de substancias hormonales aumenta.
Eso significa que las emociones no son mas que patrones de respuesta, pero que con esa respuesta podemos amplificar el problema si la emoción inicial es desagradable o varia de forma desestabilizante nuestro patrón físico habitual.
Los pensamientos crean sensaciones al cuerpo que luego se prepara para luchar contra ellas. El cuerpo físico no es capaz de distinguir entre un peligro imaginario o uno real, así que los mecanismos de control físicos se pondrán en marcha en ambas ocasiones en función de las emociones iniciales que envíe nuestro cerebro. Nuestra actitud frente a las cosas como hemos dicho en tantas ocasiones, puede mejorar o empeorar nuestras constantes fisiológicas. ¡Y podemos hacer mucho más incluso que anular una sensación de bajada de energía!
Incluso en el caso de curaciones físicas graves verificadas por la ciencia médica de casos que habían sido etiquetados como incurables, han revelado que casi todos los pacientes que abrieron el proceso espontáneo de sanación cambiaron radicalmente su estado habitual de consciencia y ese fue el principio del fin de su proceso degenerativo. Su estado modificado de conciencia, su cambio de actitud emotiva fue el puente mágico entre el mundo de la enfermedad y el mundo de la salud.
Control neuronal de los patrones de respuestas emocionales
Toda enfermedad es un pensamiento equivocado. Cuando consigamos tener solo pensamientos correctos estaremos sanos
Cuando realmente nos amamos y nos aceptamos tal y como somos, toda nuestra vida se pone a funcionar como un reloj y empiezan a producirse pequeños milagros.
Louise L.Hay.
Hemos aprendido al hablar de los neurotransmisores que lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo, es el reflejo de nuestra realidad psíquica. Cuando vemos desde fuera a un agresor podemos defendernos, pero el agresor muchas veces esta dentro de nosotros y ese tipo de realidad nos provoca en ocasiones indefensión psicológica.
Nuestro cuerpo es una especie de retrato en tres dimensiones, un holograma gigante de aquello con lo que llenamos nuestro subconsciente. La mente consciente nos puede mentir y darnos la información errónea de que nuestro cuerpo esta sano, pero por el contrario, la mente subconsciente es incapaz de mentir, y refleja en el organismo el estado real de la situación.
Lo que parece evidente es que cuando experimentemos en alguna ocasión la desagradable sensación de que hemos sufrido un paro energético, deberíamos buscar siempre las posible explicación lógica de fondo de carácter psicológico para el análisis de estas sensaciones que nos invaden y que etiquetamos como de orden negativo, sin tener que recurrir a explicaciones trascendentes provenientes de un supuesto mundo extranatural.
Un sencillo ejemplo como telón de fondo. Una persona que tenga la sensación de ahogo y debilitamiento en su propio hogar o lo que debería ser su refugio, su lugar mágico de recogimiento y descanso, pero no lo es. Esta persona presiente, intuye que algo esta fallando y no esta todo en su entorno como debería. Alguien puede atribuir esto rápidamente a fuerzas extrañas, chupadores de vida invisibles. En realidad deberíamos asociarlo mucho más a la idea de que en esa casa existen cantidad de recuerdos de sucesos que llevan a nuestra mente impresiones negativas.
Pero surge entonces la pregunta, después de los argumentos psicológicos que hemos barajado, ¿significa esto que los vampiros psíquicos no son absolutamente reales?¿Queda todo el tema reducido a una perspectiva de observación personal nuestra frente a los problemas? Esto no es así realmente. Hemos visto hasta ahora la parte mas importante del problema, pero lo cierto es que los vampiros psíquicos si existen. Aunque resulte un comportamiento enfermizo, hay personas melancólicas y depresivas, que en la vida real se alimentan de la actitud vitalista de otros para sentirse ellos mas fuertes. Son incapaces de generar la actitud positiva adecuada para sentirse bien por ellos mismos, y cobardemente, para compensar esa deficiencia buscan víctimas que les alimenten.
Realmente si existe un abundante grupo de individuos capaz (metafóricamente claro) de cargarse o abastecerse de forma habitual de la energía anímica en circulación de su entorno inmediato. Psicológicamente se alimentan de nuestro estado de ánimo. A este siniestro grupo pertenecen todas aquellas personas con bajones energéticos provocados por estados anímicos depresivos o alterados creados por un patrón similar. Frente a tales personajes, una programación psíquica adecuada es imprescindible.
Estos sujetos de forma inconsciente se abastecen sin proponérselo de personas con un nivel energético estable y con un estado anímico inicialmente óptimo. Ahora bien, en muchas ocasiones, después de una conversación o charla con el supuesto vampiro psíquico uno se queda con la impresión subjetiva de que le han vaciado parte de su campo energético, mientras en cambio, la persona que estaba inicialmente desanimada ha cambiado su actitud y parece alejarse de nosotros con un aspecto mas bien radiante y dicharachero. La explicación posible del fenómeno tiene una lectura evidente.
Este mismo efecto puede manifestarse en el transcurso del vivir cotidiano en prácticamente cualquier área de nuestra vida en la que tengamos que sufrir los lloros y lamentos, incluso las iras y golpes de genio, de vecinos insufribles, amigos insoportables, familiares palizas y amistades irritantes.
Para poder sobrevivir a todos ellos y conservar nuestro campo básico de funcionamiento con una mínima estabilidad psíquica y emocional es necesario como ya hemos apuntado antes crearnos como si fuera una segunda piel desde que nos levantamos por la mañana hasta que nos acostamos un escudo protector generado por la visualización de emociones útiles e impresiones positivas. Si somos capaces de conseguirlo notaremos los resultados de inmediato en nosotros mismos y en todas las áreas de nuestra vida.
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