Tradiciones y fiestas mágicas
El agua que corre, es una cosa que no avanza hasta que no ha llenado los huecos que encuentra en su camino. El hombre superior, que ha puesto sus pensamientos en la doctrina, no la alcanza mientras no domina, uno a uno, los capítulos de la misma.
Los períodos festivos han estado unidos a los ciclos naturales desde la más remota antigüedad y a través de los siglos se han configurado una serie de fiestas marcadas por el transcurrir de las estaciones, los ciclos de las cosechas y la ganadería. De ahí la importancia que, incluso en una sociedad desacralizada como la actual, se siguen celebrando las fiestas de los equinoccios y los solsticios, entre otras.
Muchas de las fiestas tienen un carácter pagano, la vieja religión que posteriormente fue asumida por las religiones tradicionales y reconvertida pero, sin perder totalmente su carácter mágico y esotérico. Algunas de ellas han derivado en supersticiones e incluso usos de recetas, filtros y hechizos mágicos.
La mayoría de los pueblos paganos tienden a circunscribir los ritos y tradiciones a las cuatro grandes estaciones o al ciclo natural que da sentido a su calendario. Estableceré una relación entre las cuatro estaciones y los elementos: la Tierra, el Fuego, el Agua y el Aire.
Los druidas establecieron en su calendario una relación entre el Sol, la Luna y las estrellas, un calendario sagrado -que Frazer y Greaves desarrollan profundamente- y que nos habla del profundo sentimiento de la Magia asociada a lo sagrado, un calendario lunar de 13 meses, de 28 días cada uno de ellos y un día intercalado fuera de cuentas. Muchos investigadores han atribuido a cada uno de los meses un elemento vegetal relacionado con la Magia de los Druidas, que empezaba con el abedul y terminaba con el muérdago.
Los conocimientos astrológicos de los druidas quedaron reflejados en el llamado Calendario de Coligny (una placa de bronce datada a finales del siglo I a. de C.), que se encontró, en esta ciudad francesa, en meses y estaciones, que se correspondían con las fiestas celtas y que básicamente estaban relacionadas con las cuatro estaciones del año.
Un calendario que su función primordial era la de fijar y anunciar al pueblo las llegadas de las fiestas que indicaban el cambio de estación.
Ha de tenerse en cuenta que este calendario no guarda relación con el que, en muchas ocasiones, personas o asociaciones desaprensivas utilizan con fines exclusivamente comerciales o económicos, y que están muy alejados de la realidad.
Las cuatro celebraciones principales
Tenían cuatro celebraciones principales, todas ellas dedicadas al elemento Fuego, le llamaron: Shamain, Imbolc, Beltane y Lughnasadh, que se celebran al comienzo de los meses de Noviembre, Febrero, Mayo y Agosto.
Shamain
El año ritual empezaba para ellos con el día de Shamain que tenía en cuenta el ciclo agrícola y ganadero. Se almacenaba la cosecha, se recogía el ganado que había estado pastando libremente y lo encerraban en los establos, se limpiaba la casa y se presentaban ofrendas a los antepasados. Era la más solemne ya que significaba a la vez la celebración del fin del mundo y el nacimiento del año nuevo, la comunicación entre el mundo de los vivos y los muertos.
Antiguamente Shamain duraba tres días y empezaba el treinta de Octubre, aunque en la actualidad, esta tradición se ha perdido. El 1 de Noviembre se celebraba normalmente una comida o cena con los amigos. Es costumbre preparar un plato especial para recordar a los familiares fallecidos, con los alimentos preferidos por ellos. La comida se deja toda la noche fuera de la casa para dar tiempo al difunto a disfrutar de su plato. Una vela en la ventana los guía hasta el mundo terrenal. Es el día que muchas personas esperaban contactar con los espíritus del Más Allá a través de médiums. También era, en estos tres días de antigua celebración, cuando se creía que las predicciones de futuro podían ser más certeras.
La vigilia de este día es muy celebrada en ciertas zonas del planeta, como el conocido Halloween, que empieza cuando ya ha oscurecido. En Halloween, las máscaras, las telas oscuras, los disfraces de todo tipo, pero principalmente los que hacen referencias a temas dantescos o espeluznantes, ocupan las calles. De hecho, intentan recordar a los muertos de una forma menos ritual de la acostumbrada. Tiene relación con la época en que se celebra, ya que, antaño, era el momento ideal para despiezar a los animales sacrificados y ahumar o secar su carne para consumir durante el invierno.
Es un momento de celebración de la muerte, de entender que esta, solo conduce al renacimiento.
Imbolc
Imbolc es el festival celta que se celebra el primer y segundo día de Febrero, iniciando el tiempo de la purificación. Se considera el final del invierno, ya que, aunque todavía haga frío, los días empiezan a alargar su horario de luz. Simbólicamente es un tiempo de renovación. El día de Imbolc, también se llama Brigantia, en honor a la diosa Bridhe, que es la Diosa del fuego. Durante Imbolc, esta diosa se transforma, de una vieja bruja vestida de negro, en una novia virginal ataviada de blanco; pasa así de la muerte a una nueva vida.
Finalmente, Imbolc era la fiesta que intentaba despertar el Sol de invierno para favorecer la fertilidad y la purificación. De ahí que se propiciarán encuentros entre jóvenes y matrimonios de prueba durante un año, después del cual, sino era fructífero, podía deshacerse de mutuo acuerdo. Estas hogueras purificadoras se habían realizado en tiempos muy lejanos e, incluso, se realizaban sacrificios en bien de la comunidad.
Bajo la influencia cristiana del Papa Gelasio, este festival de Imbolc se asimiló en la fiesta de la Candelaria, la purificación de la Virgen. El nombre se desprende de la tradición de poner velas encendidas en la medianoche como símbolo de purificación. En según que zonas, era costumbre que las mujeres que habían infantado después de la Navidad, hiciesen una visita a la Iglesia y ofreciesen dos palomas a la Virgen.
Se cree que esta tradición deriva de la ley mosaica que obligaba a las mujeres a la purificación después de haber dado luz, concretamente, si se daba luz a un varón la mujer debía ir a la sinagoga tras 40 días de impureza para purificarse. Si se daba luz a una mujer, la mujer debía ir después de pasar por 80 días de impureza. Aquí de nuevo observamos como curiosamente, pasan 40 días exactos entre la fecha del nacimiento de Jesús y la fecha de la candelaria o la purificación de María.
En Imbolc es tiempo de grandes hogueras de purificación y parte del sacrificio de lo impuro en nosotros.
Beltane
Beltane se celebraba el primero de Mayo, durante la primera semana, y también es una fiesta asociada a la fertilidad, colocada bajo la protección del dios Belenos, dios del fuego, conocido también por el Brillante, se intentaba influir sobre la fertilidad de los animales y de la tierra. Rituales importantes de estas fiestas eran las hogueras para preservar a los animales de enfermedades, y por eso, se les hacía pasar a través de las llamas. Estos fuegos encendidos y alimentados por los druidas se consideraban un poderoso preservativo contra las hechicerías, y las enfermedades que podían acechar a los hombres y a los rebaños.
Era por lo tanto, el abrirse una puerta, una fiesta de acercamiento entre el mundo de los espíritus malignos y los vivos a los que rondarán en sus viviendas en el afán de incordiarles.
Para el historiador de Mircea Elíade, los espíritus se acercan a los vivos, particularmente en los momentos en que la tensión vital alcanza el grado máximo, es decir, en las llamadas fiestas de fertilidad, cuando las fuerzas generadoras de la naturaleza y del grupo humano, son evocadas, desencadenadas, exasperadas por los ritos, por la opulencia y por la orgía.
Eran propios de estas fechas los ritos relacionados con los árboles y así han llegado hasta nuestros días. Los druidas intervenían activamente, plantaban ramas en los establos, en los huertos y confeccionaban una corona primaveral que colocaban en un tronco desnudo. Eran las alusiones a la energía solar y vital en general, que se manifestaba también con el simbolismo de sus danzas y banquetes que terminaban con la expulsión ritual de los muertos y la llegada de la nueva vida.
La iglesia santificó esta fiesta pagana y la colocó bajo la protección de Santa Walpurgis, una abadesa alemana del monasterio de Heidenhein, que, aunque según las crónicas, murió en Febrero del año 778, fue enterrada el 1 de Mayo del 871 en la iglesia de la Santa Cruz, en Eichstadt, en una roca de la cual fluye un aceite de propiedades milagrosas.
El motivo de santificar esta fiesta pagana, no era otro que intentar borrar de la memoria histórica del pueblo sus festividades mágicas y, según ellos, paganas ya que las brujas tenían que ver más con lo diabólico que con lo sagrado, y en ese día se celebraba el segundo gran Sabbat del año en el que se adoraba al demonio y renovaban su vigor para sus actividades diabólicas.
Lugnasad, Lamas o Lughnasadh
En verano se celebraba la fiesta más importante del ciclo, Lugnasad, Lamas o Lughnasadh, recuerdo de Lug. Esta divinidad celta no tenía un nombre fijo: Lug en Irlanda, Lugus en las Galias, Lleu en Escocia o Lugo en España, (si, como la provincia de Galicia). Era la festividad de la Luz, la fiesta agraria por excelencia, donde se daban las gracias por la fertilidad de los animales y por la abundancia de la cosecha que significaban las reservas para el invierno.
Tenía relación con los antepasados fundadores, en honor de los cuales, se hacían carreras de caballos o de carros sobre sus propias tumbas y los asistentes celebraban ferias de animales.
Como podemos ver, las fiestas celtas son presentes ahora con celebraciones cristianizadas y las podemos reconocer en la fiesta de Todos los Santos, la fiesta de San Antonio Abad, la fiesta de la Candelaria, el Carnaval, la Fiesta del Árbol del mes de Mayo, las Cruces de Mayo o las fiestas de verano entre San Juan y la Asunción.
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